Conversaciones De Arquitectura Colombiana, Rafael Gutiérrez-Fabio Restrepo, Volumen 1, Facultad de Arquitectura, Universidad de los Andes, 100 Pág. 2004
HABLAN VETERANOS ARQUITECTOS COLOMBIANOS.
“A mi me gustaban mas las clases que las conferencias. En las clases uno puede mantener un diálogo pleno"
Jorge Luís Borges
En un ejercicio pedagógico de caracteres transdiciplinarios este libro asombra por su contenido ilustrativo sobre figuras muy representativas del acontecer de la arquitectura en Colombia. Poner a dialogar a los protagonistas de las historia de la arquitectura de la última mitad del siglo XX, sobre las minucias de su oficio, sobre su arduos años de aprendizaje, sobre la vocacionalidad y lo que encarna ser arquitecto, resulta por decir lo menos, un ejercicio enriquecedor para esclarecer el pensamiento arquitectónico de estos ilustres pioneros de la arquitectura en Colombia, y en el significativo aporte que hacen en su discurso como maestros, y en su oficio respaldado por obras de importancia significativa en la historiografía de la arquitectura en Colombiana.
Cuenta una anécdota que en la antigua Grecia Sócrates le dijo a Platón que la Acrópolis de Atenas no necesita explicarse, porque ella por sí sola canta cuando se la contempla en la distancia. Y es que la arquitectura Colombiana ha permanecido muda, en el sentido literal de la palabra y sus pioneros han pasado un poco al margen de la historia y las transformaciones urbanas del país. Desde ese punto de vista hay un vacío que documentar, con testimonios directos de vida, sobre cómo se ejerce ese oficio del arquitecto, que no tienen nada de misterioso y que por el contrario, está inscrito en una práctica profesional que finalmente es la que da testimonio de la arquitectura colombiana en el entorno internacional.
Como parte del curso de arquitectura colombiana que se dicta en la Universidad De los Andes, se lanzó la idea de poner a hablar en unas entrevistas informales a 5 arquitectos destacados, formados en su gran mayoría en la Universidad Nacional y en el exterior, que han tenido mucho que ver la consolidación de la facultades de Arquitectura de la misma universidad Nacional y de la De Los Andes. Los protagonistas de este laboratorio pedagógico son los ilustres arquitectos Roberto Rodríguez Silva -el hombre del jazz de la HJCK y del impecable edificio Sabana Av. 19--; Hernán Vieco - el veterano arquitecto de Hacienda Santa Bárbara-; Arturo Robledo -el maestro de la Nacional y diseñador del Parque Simón Bolívar-; Fernando Jiménez – el urbanista de Ciudad Salitre- y Francisco Pizano -cofundador de La Universidad de los De Los Andes y exdecano de su facultad de arquitectura-. La propuesta metodológica es interesante: cada uno de los arquitectos hace un recuento de su trayectoria profesional, no dentro la frialdad de un “ridiculum vitae”, si no pormenorizando aspectos de sus móviles en el oficio de la profesión y en una serie de anécdotas que la mayoría de las veces dicen mas que la simple enumeración de los proyectos ejecutados o proyectados. Posteriormente los estudiantes les disparan preguntas – algunas a quemarropa-, que resultan inquietantes, incluso para los mismos interlocutores, donde se dan respuestas poco formales y que tienen el encanto de la espontaneidad y la calidez del entorno claustral. Es así como alguno de los entrevistados llega a afirmar que la arquitectura no se aprende en el sentido literal de la palabra, y que es un don de nacimiento, misterioso como el de la misma poesía. Llama la atención un hilo conductor en las entrevistas a los personajes. Todos tienen una formación humanista, renacentista, diría yo, y logran abordar un sinnúmero de saberes a más de la arquitectura y el urbanismo, donde se siente una formación humanista – que se ha perdido en aras de la especialización tecnocratita- y que es la base y el sustrato donde se apoya la sabiduría del oficio.
En un país donde abundan facultades de arquitectura, donde según el crítico de arquitectura Germán Téllez, sobras dos terceras partes de los arquitectos que egresan a las filas del desempleo, hecho que hace a la arquitectura colombiana según sus palabras una “profesión desubicada”, es muy importante la lección que deja el testimonio de estos arquitectos, que son responsables de edificios de la buena Arquitectura Moderna, bien diseñada, construida, sin pretensiones formalistas y fuertemente integrada a los usos y los lenguaje arquitectónicos de un auténtico entorno nacional. La valoración de la obra de estos protagonistas de la historia arquitectónica del país es algo que está por hacerse, ya que sus obras adquieren en el tiempo un significado superior al propósito para el que fueron construidas. Es decir, trascienden la fronteras de los usos institucionales, conformando ciudad y se inscriben en un arquitectura perdurable, maciza, anclada en procesos identitarios y que cada vez resultan mejores, en medio de tantos proyectos vacíos de espíritu, anclados a la moda de turno - postmodernismo, deconstructivismo y otros ismos- y que en aras de una globalización de los lenguajes arquitectónicos, se quedan como modas formales, insostenibles en el tiempo, de los usos múltiples del entorno arquitectónico Colombiano.
Es un libro que se debe leer lentamente, para asimilar el “sumun” de contendido pedagógico que tiene en sus bien diagramadas páginas; debería ser lectura obligatoria en las facultades de arquitectura , ya que allí están contendidos unos secretos emocionales del oficio de arquitecto, un enfrentar con rigor los temas del aprendizaje y un saber que la arquitectura se vivencia todos los días, haciendo arquitectura, mirando las ciudades, comprometiéndose con el espacio urbano, formando convivencia, para finalmente entender que la arquitectura es un contendor de muchos saberes ; pero que el arquitecto, ya sea proyectista o constructor, - que no siempre tienen que estar divorciados- es ante todo un humanista integral, como bien los demuestran las cinco entrevistas que de manera magistral, dejan profunda huella en este hermoso texto, para la memoria y el entendimiento del ejercicio profesional de la Arquitectura –con mayúsculas- en Colombia.
MARIO NEREA GOMEZ
ARQUITECTO UNIANDES
MATRIX@UNIANDINO.COM.CO
2007-07-14
Arquitecto Nerea Gomez. Me gustaría leer mas sobre sus textos ya que se redactan con criterio y sencilles
ResponderEliminarMe gustaría conocer razones por las cuales en las curadurias o en que otras instancias se permiten construir edifiaciones tan espantosas sin tener en cuenta apectos tan sencillos como el entorno y la ubicacion donde se levantan. Pienso que tanto el diseñador como el constructor, si no tiene las herraminetas para lograr un buen proyecto, deberia asesorarce por ejemplo de la revista escala en la cual por lo menos se garantiza que es arquitectura Colombiana
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